Desde el creciente escrutinio normativo hasta la mayor demanda de los inversores de un seguimiento y una medición precisos, la necesidad de datos ASG sigue creciendo. Esto va más allá de la puntuación ESG básica. Los inversores exigen datos y análisis de mayor calidad que les ayuden a realizar un seguimiento y una evaluación comparativa de los resultados en materia de ASG a lo largo del tiempo. De hecho, una reciente encuesta de EY entre inversores institucionales reveló que alrededor de la mitad de los gestores de activos están preocupados por la falta de información ASG en tiempo real y prospectiva.
El reto para el sector es mejorar la amplitud y la calidad de los datos de que disponen. Esto es especialmente cierto en los mercados privados, donde los inversores buscan datos de calidad para las empresas privadas cuando se conoce públicamente muy poca información. Esperamos que esta demanda siga creciendo en 2023. En particular, en Europa el principal objetivo de la nueva Directiva sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD), anteriormente conocida como Directiva sobre Informes No Financieros (NFRD), aprobada por el Parlamento Europeo en noviembre de 2022 y que entrará en vigor en 2024, es aumentar la calidad y comparabilidad de los datos ESG.
La biodiversidad pasa a primer plano
Un ámbito en el que se espera que crezca la demanda de datos es el de la biodiversidad. Aunque las cuestiones climáticas en general han sido una de las principales áreas de interés entre los inversores en ESG durante años, la biodiversidad, que es un subconjunto de ese tema, comenzó a cobrar fuerza en 2022. De hecho, el 41% de los inversores afirma que la biodiversidad, que se refiere a la variedad de especies dentro de un ecosistema y a la fortaleza resultante de esos hábitats, es un “factor significativo” en su política de inversión actual. Esta cifra es superior al 19% de hace dos años. Y en los próximos dos años, se espera que esa cifra aumente hasta el 56%, según la Encuesta sobre el Clima Mundial 2022 de Robeco.
Esta atención a la biodiversidad se ve impulsada por el interés de los inversores.
Más de la mitad de los inversores encuestados citan su compromiso de “reducir los riesgos sistémicos a largo plazo asociados a la pérdida de biodiversidad que afecta a todos los sectores, sociedades y economías.” En otras palabras, dado que la biodiversidad, que se ve directamente afectada por los problemas climáticos, repercute en las comunidades y economías en cuestiones críticas como el agua potable, los alimentos y la energía, es donde la “E” de ESG (medio ambiente) se encuentra con la “S” (o impacto social). Al mismo tiempo, a medida que los reguladores y los inversores buscan una mayor transparencia en los resultados e impactos ASG, la necesidad de supervisar y medir cómo las operaciones de las empresas y las decisiones de inversión afectan a las comunidades locales y los ecosistemas no hace más que crecer.
También cabe destacar el histórico acuerdo para detener la destrucción de la biodiversidad alcanzado en la COP15 en diciembre de 2022. Este acuerdo incluye objetivos para proteger el 30% del planeta para la naturaleza a finales de la década, reformar 500.000 millones de dólares (410.000 millones de libras) de subvenciones perjudiciales para el medio ambiente y restaurar el 30% de los ecosistemas terrestres, de aguas interiores, costeros y marinos degradados del planeta.
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Soy redactora desde hace más de 10 años algunos de los temas que con mayor frecuencia escribo son: seguro de autos, finanzas personales y diseño de interiores.
Diana Islas
Soy redactora desde hace más de 10 años algunos de los temas que con mayor frecuencia escribo son: seguro de autos, finanzas personales y diseño de interiores.
